CÓMO PREDECIR EL FINAL DE UNA RELACIÓN
En guiarte psicólogos tenemos un largo recorrido en atención a parejas que se encuentran atravesando un periodo de crisis. Estos momentos usualmente van acompañados de gran malestar en ambas personas, aparecen fuertes sentimientos de ansiedad o miedo ante la incertidumbre de la situación, tristeza ante la sensación de pérdida de un vínculo que en otros momentos fue muy positivo, y muchas veces un gran sentimiento de enfado o ira hacia la otra persona o culpabilidad en caso de haber sucedido una infidelidad.
Ser capaz de superar una crisis de pareja y salir fortalecido, o por el contrario que ésta desemboque en ruptura definitiva, dependerá muchas veces del afrontamiento que hagamos de la misma. Aunque en momentos de crisis la negatividad estará presente, si permitimos que escape a nuestro control, puede ser tan letal para una relación que, tal y como lo describen John M. Gottman y Nan Silver (» Siete reglas de oro para vivir en pareja ”) se convertirá en los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, resultando un buen predictor del final de la pareja.
Generalmente estos cuatro jinetes cabalgan en el corazón de un matrimonio o relación de pareja en el siguiente orden: críticas, desdén, actitud defensiva y actitud evasiva. A continuación los describimos proponiendo una reflexión sobre en qué grado pueden estar presentes en tú relación.
LAS CRÍTICAS:
Siempre existen quejas sobre la persona con la que vivo o mantengo una relación, pero entre las quejas y las críticas hay una diferencia abismal. Una queja sólo se refiere a una acción específica en la que tu cónyuge ha fallado (ej: estoy enfadada porque ayer no fregaste la cocina), se centra en un comportamiento específico. La crítica es más global, e incluye palabras negativas sobre el carácter o personalidad de tu pareja (ej: ¿por qué eres tan distraído? No soporto tener que fregar siempre la cocina, nada te importa!). Incluye culpa y difamación. Este jinete es muy común en las relaciones, por lo que es posible que te identifiques con él, y no significará que tú relación esté condenada, pero el problema de las críticas es que cuando se hacen constantes allanan el camino para otros jinetes más peligrosos.
EL DESPRECIO:
El sarcasmo y el escepticismo son formas de desprecio. Lo mismo puede decirse de los insultos, el gesto de poner los ojos en blanco y el humor hostil. El desprecio, en cualquiera de sus formas – el peor de los cuatro jinetes- envenena las relaciones porque implica disgusto. Es imposible resolver un problema cuando tu pareja está recibiendo el mensaje de que estás disgustado con ella.
El desprecio se exacerba por los pensamientos negativos sobre la pareja, guardados durante mucho tiempo. Es más probable tener estos pensamientos cuando las diferencias no se resuelven. El desprecio aumenta siempre el conflicto, en lugar de favorecer la reconciliación.
LA ACTITUD DEFENSIVA:
Aunque en el tono de una discusión a veces parece necesario defenderse, las investigaciones demuestran que con esto rara vez se obtiene el efecto deseado. En cónyuge que estaba siendo agresivo no da su brazo a torcer ni pide perdón. Esto sucede porque la actitud defensiva es en realidad un modo de culpar a la pareja. Lo que estamos diciendo en esencia es: “el problema no soy yo. Eres tú”. La actitud defensiva no hace sino agravar el conflicto, y por eso es tan peligrosa.
Las críticas, el desprecio y la actitud defensiva no siempre entran en el hogar en estricto orden. Funcionan más bien como una carrera de relevos, pasándose el testigo de uno a otro continuamente si no sabemos poner fin a este ciclo.
LA ACTITUD EVASIVA:
En parejas donde las discusiones tienen un planteamiento violento, donde las críticas y el desprecio provocan una actitud defensiva, finalmente uno de los cónyuges se distancia, y esto augura la llegada del cuarto jinete.
Una persona evasiva no ofrece señales de reconocimiento ante una conversación (contacto visual, movimientos afirmativos con la cabeza, etc.), sino que tiende a apartar o bajar la mirada sin pronunciar palabra. Como si oyera llover. La persona evasiva actúa como si no le importara en absoluto lo que el otro dice, como si ni siquiera lo oyera.
La actitud evasiva suele llegar más tarde que los otros tres jinetes, por eso es menos común en parejas recientes y más entre parejas que llevan un tiempo en una espiral negativa.
El final de una relación puede predecirse pues por la presencia continuada de estos cuatro jinetes o planteamientos violentos, y el hecho frecuente de que alguno de los dos miembros de la pareja se sienta abrumado a causa de la incesante presencia de los cuatro factores durante las discusiones. Aunque cada uno de estos factores puede predecir por sí solo un divorcio o ruptura, lo general es que los cuatro coexistan en una relación que no es feliz.