El 7 de Abril se celebra el Día Mundial de la Salud, y este año el tema elegido es la Depresión. Con el lema “Hablemos de la depresión”, desde la OMS se pretende visibilizar y concienciar sobre este problema de salud mental que es ya la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas viven con depresión, un incremento de más del 18% entre 2005 y 2015. La falta de apoyo a las personas con este y otros problemas de carácter emocional, junto con el miedo al estigma, impide o dificulta que muchas personas accedan a los tratamientos farmacológicos y psicológicos disponibles para vivir vidas saludables y plenas.
Desdeguiarte psicólogos queremos aportar nuestra experiencia y conocimientos para Hablar de la Depresión, pues creemos firmemente que una mejor comprensión de qué es la depresión y cómo puede tratarse contribuirá a reducir el estigma y nos movilizará hacia su prevención y tratamiento, solicitando apoyo psicológico si lo consideramos necesario.
Actualmente estamos habituados a usar la palabra “depresión” con excesiva frecuencia. Cuando tenemos un mal día, nuestro estado de ánimo está un poco más bajo de lo habitual o incluso cuando estamos cansados, la expresión que acude a nuestra mente es “estoy deprimido”, pero en la mayoría de los casos, se trata de estados pasajeros de tristeza, y no conforman un diagnóstico. Todo el mundo atraviesa periodos de tristeza, de soledad o de infelicidad. Los acontecimientos cotidianos y nuestras reacciones ante ellos, afectan a veces nuestra paz interior. Sin embargo, siempre que estos sentimientos no se alarguen en el tiempo (semanas o incluso meses) o lleguen a impedir que volvamos a adoptar una visión sana de la realidad, afectando a nuestras actividades habituales, no se trata de un trastorno depresivo, sino de la presencia de un bajo estado de ánimo con carácter temporal.
QUÉ ES DEPRESIÓN:
La depresión por el contrario es un serio trastorno emocional que implica cambios importantes en nuestra forma de sentir, de pensar y actuar. Puede afectar a cualquier persona, y provoca angustia mental severa que repercute en la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas, lo que tiene en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones con la familia y amigos. En el peor de los casos puede probar el suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad.
Síntomas presentes en la depresión:
Tristeza patológica: se diferencia de la tristeza porque alcanza un nivel tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo sexual. Aparece sin motivos o tras un acontecimiento significativo. Es una sensación muy profunda, arrasadora. Tanto, que el paciente se siente en “baja”, tal como si hubiera perdido el sabor, el placer de vivir. Ansiedad: es la acompañante habitual del deprimido, que experimenta una extraña desazón, como un trasfondo constante. Cuando la ansiedad prima en el cuadro clínico, estamos frente a una depresión ansiosa. Por lo contrario, cuando predomina la inhibición, se trata de una depresión inhibida; quienes la padecen son personas malhumoradas, irritables, agresivas.
Desgana y anhedonia: el sujeto se torna apático, no tiene ganas de nada (ni siquiera de vivir) y nada le procura placer, incluso con actividades o relaciones que antes sí lo hacían.
Alteraciones del pensamiento: surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones, pensamientos muy negativos respecto al mundo, uno mismo y el futuro. El pensamiento sigue un curso lento y monocorde, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente.
Alteraciones del comportamiento: el paciente tiene la sensación de vivir arrinconado, rumiando sus sinsabores. Puede estar quieto, de manos cruzadas, o explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos insignificantes. Le resulta difícil tomar decisiones y disminuye su rendimiento en el trabajo.
Alteraciones somáticas: por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de fatiga y cansancio.
Pérdida del placer: en lo sexual, se llega a la impotencia en el hombre o a la frigidez en la mujer; también disminuye y tiende a desaparecer el contento en el trabajo, en el deporte y en los juegos y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes. Culpa excesiva: siente con exceso la carga de una culpa inexistente, lo cual puede desembocar en delirios. Pensamiento suicida: los pacientes pueden presentar una preocupación exagerada por la muerte y alimentan sentimientos autodestructivos, que si no se abordan, pueden resultar en conductas suicidas. Disminución de la energía: se produce un cansancio injustificado, a veces con variaciones durante el día, muy a menudo más acentuado por la mañana. Las personas afectadas suelen sentirse más fatigadas por la mañana que por la tarde.
La depresión también afecta también a los hábitos de sueño y alimentación, a la sexualidad y al estado de salud física general. Se verá dañada también la forma en la que uno se valora a sí mismo (autoestima) y las relaciones con los demás.
Los episodios depresivos mayores a veces van precedidos de algún estrés psicosocial (la muerte de un ser querido, la separación matrimonial, el divorcio…) También, el parto puede precipitar un episodio depresivo mayor. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión pueden mejorar con un tratamiento adecuado.
CÓMO TRATAR LA DEPRESIÓN
Es importante señalar que la depresión se puede prevenir y tratar. Como hemos indicado, un primer paso será tener una mejor comprensión de qué es la depresión y saber diferenciarlo de otros procesos psicológicos (como duelo o periodos de tristeza pasajeros). Además es necesario romper el estigma a veces asociado, y dar el paso de solicitar ayuda o recomendar a personas allegadas que lo hagan si lo consideramos necesario.
La depresión puede ser tratada por diferentes medios:
Tratamiento farmacológico: Existen varios psicofármacos (principalmente antidepresivos y ansiolíticos) de eficacia probada, que suponen una importante ayuda para recuperar un buen estado emocional, aunque los efectos de los fármacos no suelen dar resultado hasta 2-3 semanas después de comenzar el tratamiento, y será necesario realizar seguimiento médico o psiquiátrico para prevenir efectos de habituación o efectos secundarios no deseados
Tratamiento psicológico o psicoterapia: Varios enfoques psicológicos se han especializado en el tratamiento de la depresión, y a través de distintos programas y técnicas fiables se han probado buenos resultados superando este trastorno. El objetivo que se persigue siempre es que mejore el estado emocional de la persona afectada, además de la recuperación de sus actividades principales (en caso de que hayan sido abandonadas) y mantener relaciones sociales más satisfactorias.
Será imprescindible consultar con un profesional de la psicología para comenzar un proceso terapéutico y establecer de manera individual los objetivos y tipo de intervención más recomendable para cada persona. Si consideras que es el momento de buscar ayuda, puedes pedirnos cita.
Tratamientos mixtos: También es posible realizar un proceso de psicoterapia a la vez que el psiquiatra prescribe tratamiento farmacológico como apoyo. Esto en ocasiones acelera el proceso de recuperación y permite a la persona retomar actividades cotidianas. Si te encuentras recibiendo apoyo por parte de tu médico o psiquiatra pero consideras que no es suficiente, puedes buscar también ayuda psicológica.
El lunes se celebró el día mundial de la felicidad, y en esta semana numerosos medios de comunicación se han hecho eco de la noticia de cuáles son los países más felices del planeta según el informe mundial de la felicidad que elabora anualmente la ONU. España ocupa el lugar 34, y en cabeza están países como Noruega, Dinamarca, Islandia y Suiza.
¿Qué tienen los países nórdicos que contribuyen a la felicidad de sus habitantes? No existe receta milagrosa, pero uno de los ingredientes se llama ‘hygge‘.
‘Hygge’ (se pronuncia ‘jigue’) es un concepto muy presente en la vida de los daneses y que se relaciona con bienestar, tranquilidad y seguridad. Califica a todo aquello que nos proporciona una sensación de comodidad, calidez y unión. Puede hacer referencia a un bar, a un rincón de casa, a una iluminación o una comida y, por supuesto, a una actitud de vida. Podría resumirse en la filosofía de aprender a ser felices con lo que ya tenemos y que no sabemos apreciar.
Meik Wiking, director del Instituto de Investigación sobre la Felicidad, define el decálogo del ‘hygge’:
1. Ambiente: calidez, velas
2. Presencia: disfruta del aquí y el ahora
3. Placer: date un capricho
4. Igualdad: comparte tu tiempo
5. Gratitud: disfruta, este podría ser tu mejor momento
6. Armonía: no presumas de logros, no compitas
7. Comodidad: desconecta y relájate
8. Tregua: fuera agobios
9. Unión: construye relaciones e historias
10. Refugio: tu tribu es tu remanso de paz y seguridad
El decálogo propone cosas sencillas de llevar a cabo que pueden ser fáciles de incorporar a nuestra rutina diaria. ¡Incluso a lo mejor estás cayendo en la cuenta de que ya hace muchas de estas cosas!
Sea como fuere, nunca está de más pararse a checkear como está nuestro nivel de felicidad y contribuir a que este se mantenga estable.
«Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030«, es el tema central para celebrar el Día internacional de la Mujer de 2017 que se celebra el 8 de Marzo.
Según la ONU, Apenas el 50% de las mujeres en edad de trabajar están representadas en la población activa mundial, frente a un 76% en el caso de los hombres. Es más, la mayoría de las mujeres trabajan en la economía informal o sumergida, concentrándose en empleos peor remunerados y con menos cualificaciones, con poca o ninguna protección social.
Lograr la igualdad de género en el trabajo es indispensable para el desarrollo sostenible. La celebración anima a todas las personas a dar el paso por la igualdad de género para garantizar que el mundo laboral beneficie a todas las mujeres. .
Desde guiarte psicólogos nos unimos a la celebración y al parón convocado para el día de hoy entre las 12:00 y las 12:30.
Sin duda, vivimos en una sociedad de consumismo, y es fácil dejarse envolver por la idea de que cuantas más cosas materiales reúnas, más feliz serás. Y eso es extensible cuando queremos demostrar nuestro afecto a nuestros seres queridos regalando un perfume, el último móvil, lo último en tecnología, ropa…
Entre tanto anuncio de colonias y juguetes que nos invaden durante este último mes, nos ha llamado la atención un vídeo que pone las prioridades en su sitio. Por eso queremos compartirlo con todos vosotros e invitaros a reflexionar especialmente en este día de reyes.
Merece la pena parar por un momento y pensar en los valores de cada uno y en qué queremos invertir nuestro tiempo este año que se presenta por delante.
Esperamos que lo hayáis disfrutado y os sirva de inspiración.
Un año más, estamos en Navidad, y como sabemos, estas fiestas vienen acompañadas de potentes mensajes sobre estar juntos, disfrutar, celebrar y ser felices. Si no estás pasando un buen momento o te encuentras en conflicto con alguna persona con la que vas a compartir estos días, estos mensajes pueden minimizar tu experiencia y no tenerla en cuenta.
Podemos llegar a sentirnos avergonzados de nuestras emociones, sobre todo si son de ambivalencia respecto a la familia, pues parece que esto no es lo que “se espera” en estas fechas. La sensación de angustia o tristeza puede ir acompañada a la vez de sentimientos de culpa.
Ante ello, las formas más comunes de afrontamiento pueden incluir desde desconectarse, a sentirse emocionalmente sobrepasado e irritable, lo cual puede dar lugar a una serie de mecanismos de afrontamiento como dejar de sentir a través del alcohol, las drogas o las compras.
Para evitar caer en estos comportamientos y disminuir el malestar, os proponemos algunas claves para cuidarse también en estas fiestas:
Limita las visitas y celebraciones: Restringe el tiempo de visita a la familia y compromisos a aquel que te haga sentir cómodo/a, puedes compartir algunos momentos, pero siendo consciente de cuándo es suficiente.
Reserva tiempo para actividades que disfrutes: Además de acudir a los compromisos y celebraciones señaladas, puedes aprovechar estas fiestas para pasar tiempo con un buen amigo, hacer actividades que impliquen cuidarte, como ejercicio, meditación, o algo que te guste como escuchar música, hacer algo creativo, hacer punto, escribir un diario o cualquier otra actividad relajante.
Diseña tus propias fiestas. Las fiestas no tienen por qué ajustarse al molde tradicional. Si la familia es demasiado estresante, inicia nuevas tradiciones con tus amigos. No te exijas a ti mismo/a hacer que tus vacaciones parezcan felices ni la experiencia de cercanía con la familia que la sociedad impone.
Estate atento a pensamientos tipo blanco/negro. Las fiestas no son completamente buenas o malas. Asegúrate de prestar atención tanto a los aspectos positivos como a los negativos.
Sé consciente de qué necesitas y permítetelo. No te dejes llevar por las presiones e imposiciones sociales; para, ve con calma y recuerda las cosas fundamentales que te definen para decidir en qué te quieres implicar realmente.
Date tiempo, tanto para estar solo/a como para estar con gente. Rodéate de personas, pero resérvate también tiempo para ti mismo/a.
En nuestro día a día vivimos en un continuo de reuniones tanto en el trabajo, con la familia, nuestro ocio… y pocas veces hay cabida para estar con uno mismo a solas. Además, las nuevas tecnologías, las redes sociales… nos empujan a estar más interconectados que nunca; y esto aparentemente ni nos ha hecho más sabios ni más felices.
Saber estar con nosotros mismos nos ayuda a cargar las pilas creativas y volver al mundo con energía e ideas para compartir con los demás. La escritora Isabel del Río resume cuales son los beneficios de la soledad:
Energía:Tratar de mantener a todo el mundo feliz y lidiar con sus exigencias puede resultar agotador. También intentar mantener a raya nuestros sentimientos y frustraciones puede hacernos explotar. Un baño de silencio es la mejor cura contra el estrés.
Reflexión: El ritmo de nuestro mundo no nos permite pararnos a pensar sobre nuestra propia vida o las decisiones que hemos ido tomando. Un rato a solas nos invita a sentarnos, respirar y meditar sobre aquello que realmente necesitamos.
Conexión:La soledad nos confiere perspectiva sobre los problemas, y nos permite entender lo que realmente nos hace felices o nos molesta. La comprensión de nuestros propios sentimientos nos lleva a desarrollar la empatía y a mejorar nuestras relaciones con los demás.
Disfrute:Tendemos a ceder para contentar al otro, dejando de lado lo que realmente deseamos hacer. Pasar tiempo con nosotros mismos nos da la libertad de hacer lo que realmente deseamos hacer.
Productividad: A veces, la necesidad de estar siempre acompañados nos lleva a dilapidar el tiempo y nos impide terminar nuestras tareas. La soledad, en cambio, es ideal para el trabajo y para fomentar la creatividad. La clave del progreso está en encontrar ese punto medio entre soledad y sociedad.
Autenticidad: El autoconocimiento nos permite ver, disfrutar y comprender mejor a los demás, por lo que podremos establecer relaciones más genuinas, de respeto y estima mutuos, más allá de las citas de conveniencia.
Independencia: La soledad nos permite fortalecer nuestra mente y, por ende, nuestra autonomía personal. Descubrir nuestras habilidades y límites nos otorga confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades, superando la necesidad de la aprobación o de apoyo constante de los demás.
Son motivos suficientes para parar y mejorar nuestra calidad de vida. Algunas claves que te pueden llevar a ello son:
Avisar a nuestro entorno de que respeten nuestro momento de soledad.
Deconectarse de las redes sociales
No atendiendo a las llamadas telefónicas, emails…
Renunciando a terminar otras tareas hasta que terminemos la actual
Fijando toda nuestra atención en los que estamos haciendo, como si no existiera nada más importante en el mundo
¿Y si nos regalamos este día un momento de soledad?